Siento como cada lágrima fluye
a través de mis secas venas,
rayando toda esperanza,
toda emoción.
Un dolor inescrutable
rompe la agonía
y la sabia del corazón
hace llorar sangre,
con cada pálpito,
toda ilusión.
No pretendo dañar
lo que quieres ni lo que espereras,
solo demostrar lo que te amo,
que te deseo y que lo eres todo para mí,
pero tú jamás estás ahí, jamás,
pero aún te espero.
Te amo,
no existes,
te deseo,
no estás,
te añoro,
jamás presente estuvistes,
me odio,
tú me consuelas.
+¿Dónde estás?
-No es donde o no estoy,
es que jamás existí,
solo soy una mera imaginación tuya,
una ilusión precaria de un bucanero
atrapado sin vida en un mar de desesperación
que jamás tocó tierra,
que jamás pudo amar a nadie que no fueras tú mismo.
+Aún te espero, aunque seas una ilusión,
aunque nunca estés presente,
yo no podré amar a otra persona.
-Pero no soy nadie, no soy una persona, ni siquiera tengo piel.
+Para mí sí...
-¡¡Ni para tí ni para nadie!!
+Yo siempre te esperaré...
-El problema es que ni tú ni yo somos corpóreos,
por eso no hay ni nunca ni siempre,
no hay tiempo para nosotros y aunque estemos juntos,
yo seguiré siendo tu imaginación y tú mi creador.
-Te amo también.
+Nunca podremos...
-!!No¡¡
+Siempre te recordaré, siempre te amaré...
-No hay siempre, pero si lo hubiere yo también te amaría.
+Eternidad.
-e t e r n i d a d...